imagen: http://goo.gl/NZNwr6
Los padres de la generación X se enfrentan a la
paradoja de ser padres que no disponen de “el manual”. La mayoría de los
parámetros con los que crecieron cayeron en desuso. Aunque no tienen mayores reproches
hacia sus padres, enfrentan el desafío de educar con criterios que resultan
opuestos a los de su propia crianza.
Los cambios apuntan a aspectos como la autoridad de
los padres, la fijación de los límites, el respeto, el castigo y la relación
con los otros.
En la formación de la generación Z, chicos que hoy
tiene entre tres y quince años, se fomenta el diálogo, la disciplina positiva,
la felicidad y el gozar. En este patrón de crianza, la gran novedad es que la
obediencia dejó de ser un valor; los
padres se enfrentan al dilema de querer chicos con espíritu rebelde, pero al
mismo tiempo, hagan caso; son padres que
no temieron a los padres pero ahora temen a sus hijos.
“Las madres oscilamos entre la culpa y la indulgencia. “No sabemos poner límites o
conseguir que un NO sea realmente un NO sin ser autoritarios. Ese es el gran
tema pendiente de esta generación” dice una madre entrevistada.
Son tiempos de
“hijocracia”.
Algunos paradigmas que cambiaron entre una generación
y otra:
1.- De “la autoridad
soy yo” a la “hijocracia”. Los padres abandonan la verticalidad, pero no saben
establecer límites sin sentirse autoritarios. Buscan que lo fije o enseñe un
tercero (la escuela, un profesor, un psicólogo). “Se dejan los límites en manos
de otro sin darse cuenta de que, al igual que el autoritarismo y el dejar
hacer, significa una caída en la función paterna” explica la psicoanalista
Mónica Cruppi.
2.- Un universo
de decisiones más amplio. En la infancia de los que pertenecen a la generación X no
era muy amplio; en cambio, hoy los hijos deciden desde la ropa que van a vestir
hasta, el destino de las vacaciones familiares.
3.- La
felicidad como meta. ¿Qué se espera de los hijos? El objetivo pasó del “que sean personas de
bien” al “que sean felices”. Las anteriores generaciones aprendieron el valor
del sacrificio, ahora el del placer.
4.- El respeto
cambió de significado. Si un hijo
cometía una impertinencia con un adulto, el padre pedía disculpas; hoy si el
adulto protesta, el padre exige respeto hacia su hijo con un “es un chico”. Los
padres están enfocados en enseñarles a hacerse respetar más que en
transmitirles el respeto a los demás.
5.- Del castigo
físico a la disciplina positiva. La generación X creció con castigos físicos, ahora son
inaceptables. “la disciplina positiva es aquella que no violenta. Es decir,
saber escuchar, comprender, poner límites sin enojos innecesarios”.
6.- Aprender
qué es la familia. Más allá de cuáles sean sus
creencias, tienen que adaptarse y entender a las nuevas formas de familias que
pueden ser: mamá y mamá; papá y papá; mamá, mamá y papá. Mamá sola; papá solo; abuela,
hija y nietos, etc,.
7.- Hijos
únicos seriales. En la generación X, los hermanos se llevaban un o dos años de
diferencia. “Se crían juntos” se decía. Eso hizo que compartieran juguetes,
amigos, se heredara la ropa. Hoy los padres crían uno a la vez. Eso moldea la
personalidad del chico, que pasa años o no llega a ser desplazado del centro de
la escena familiar por un hermano.
8.- Padres
tercerizados.
Se quiere ser un padre presente, pero tercerizar, si se puede, la parte
aburrida de la paternidad: el baño, la comida, hacer la tarea, revisar el
cuaderno, la limpieza de la casa, el traslado al colegio, entre otras
actividades. Es aburrida porque no le encuentran el sentido que si lo tiene.
9.- La
televisión omnipresente. Hoy se convive con el televisor encendido todo el día en
los hogares sin que sea visto como algo socialmente negativo. Y a la vez se
superpone en distintos momentos con otras pantallas (tablets, celulares).
10.- La
generación que no duerme. La hora de ir a la cama se volvió un límite difuso. En
promedio, dicen los estudios que la hora a la que los chicos de seis a doce
años se van a dormir se retrasó una hora en los últimos años. Esto tiene
efectos como mayor propensión a la obesidad y a la baja autoestima.
11.-
¿Ensuciarse hace bien? Se instaló como eslogan publicitario y las madres no dudaron
en adoptaron. Antes había que cuidar la ropa, de la misma manera que dejar
comida en el plato era un pecado, si había gente que no tenía nada para comer.
12.- La
acumulación y el descarte. Montañas de juguetes en desuso ¿qué hacer con tantos? La
reflexión es que la generación X no tenía tantos juguetes, pero jugaba más.
Artículo tomado del diario La Nación:
http://www.lanacion.com.ar//1823952-hijocracia-los-padres-de-la-generacion-x-ante-un-dilema?
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