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15 sept 2015

Hijocracia: los padres de la generación X, ante un dilema



Los padres de la generación X se enfrentan a la paradoja de ser padres que no disponen de “el manual”. La mayoría de los parámetros con los que crecieron cayeron en desuso. Aunque no tienen mayores reproches hacia sus padres, enfrentan el desafío de educar con criterios que resultan opuestos a los de su propia crianza. 

Los cambios apuntan a aspectos como la autoridad de los padres, la fijación de los límites, el respeto, el castigo y la relación con los otros.

En la formación de la generación Z, chicos que hoy tiene entre tres y quince años, se fomenta el diálogo, la disciplina positiva, la felicidad y el gozar. En este patrón de crianza, la gran novedad es que la obediencia dejó de ser un valor;  los padres se enfrentan al dilema de querer chicos con espíritu rebelde, pero al mismo tiempo, hagan caso;  son padres que no temieron a los padres pero ahora temen a sus hijos.

“Las madres oscilamos entre la culpa y la  indulgencia. “No sabemos poner límites o conseguir que un NO sea realmente un NO sin ser autoritarios. Ese es el gran tema pendiente de esta generación” dice una madre entrevistada. 

Son tiempos de “hijocracia”.
Algunos paradigmas que cambiaron entre una generación y otra:

1.- De “la autoridad soy yo” a la “hijocracia”. Los padres abandonan la verticalidad, pero no saben establecer límites sin sentirse autoritarios. Buscan que lo fije o enseñe un tercero (la escuela, un profesor, un psicólogo). “Se dejan los límites en manos de otro sin darse cuenta de que, al igual que el autoritarismo y el dejar hacer, significa una caída en la función paterna” explica la psicoanalista Mónica Cruppi.

2.- Un universo de decisiones más amplio. En la infancia de los que pertenecen a la generación X no era muy amplio; en cambio, hoy los hijos deciden desde la ropa que van a vestir hasta, el destino de las vacaciones familiares.

3.- La felicidad como meta. ¿Qué se espera de los hijos? El objetivo pasó del “que sean personas de bien” al “que sean felices”. Las anteriores generaciones aprendieron el valor del sacrificio, ahora el del placer.

4.- El respeto cambió de significado. Si un hijo cometía una impertinencia con un adulto, el padre pedía disculpas; hoy si el adulto protesta, el padre exige respeto hacia su hijo con un “es un chico”. Los padres están enfocados en enseñarles a hacerse respetar más que en transmitirles el respeto a los demás.

5.- Del castigo físico a la disciplina positiva. La generación X creció con castigos físicos, ahora son inaceptables. “la disciplina positiva es aquella que no violenta. Es decir, saber escuchar, comprender, poner límites sin enojos innecesarios”.

6.- Aprender qué es la familia. Más  allá de cuáles sean sus creencias, tienen que adaptarse y entender a las nuevas formas de familias que pueden ser: mamá y mamá; papá y papá; mamá, mamá y papá. Mamá sola; papá solo; abuela, hija y nietos, etc,.

7.- Hijos únicos seriales. En la generación X, los hermanos se llevaban un o dos años de diferencia. “Se crían juntos” se decía. Eso hizo que compartieran juguetes, amigos, se heredara la ropa. Hoy los padres crían uno a la vez. Eso moldea la personalidad del chico, que pasa años o no llega a ser desplazado del centro de la escena familiar por un hermano.

8.- Padres tercerizados. Se quiere ser un padre presente, pero tercerizar, si se puede, la parte aburrida de la paternidad: el baño, la comida, hacer la tarea, revisar el cuaderno, la limpieza de la casa, el traslado al colegio, entre otras actividades. Es aburrida porque no le encuentran el sentido que si lo tiene.

9.- La televisión omnipresente. Hoy se convive con el televisor encendido todo el día en los hogares sin que sea visto como algo socialmente negativo. Y a la vez se superpone en distintos momentos con otras pantallas (tablets, celulares).

10.- La generación que no duerme. La hora de ir a la cama se volvió un límite difuso. En promedio, dicen los estudios que la hora a la que los chicos de seis a doce años se van a dormir se retrasó una hora en los últimos años. Esto tiene efectos como mayor propensión a la obesidad y a la baja autoestima.

11.- ¿Ensuciarse hace bien? Se instaló como eslogan publicitario y las madres no dudaron en adoptaron. Antes había que cuidar la ropa, de la misma manera que dejar comida en el plato era un pecado, si había gente que no tenía nada para comer.

12.- La acumulación y el descarte. Montañas de juguetes en desuso ¿qué hacer con tantos? La reflexión es que la generación X no tenía tantos juguetes, pero jugaba más.

Artículo tomado del diario La Nación:
http://www.lanacion.com.ar//1823952-hijocracia-los-padres-de-la-generacion-x-ante-un-dilema?

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