En una sociedad compleja y demandante es
necesario fortalecer los valores: herencia sublime que le brindamos a nuestros
hijos, para que sean su brújula en la toma de decisiones frente a cada situación que se les presentan.
A continuación compartimos con ustedes el
siguiente artículo:
Los padres deben preparar a los
hijos para ser autónomos, enseñarles la libertad de decidir y fomentar en ellos
la seguridad para afrontar las consecuencias de lo que elijan. Esta es una
tarea que requiere esfuerzo, dedicación y constancia, pues a medida que los
hijos y las hijas van creciendo también lo hacen sus responsabilidades y de la
mano de éstas la necesidad de tomar decisiones.
La toma de decisiones por lo
general, requiere de experiencias previas que nos orienten sobre la opción más
acertada. A menudo, recurrimos a soluciones de acontecimientos similares que o
bien hemos vivido y experimentado en primera persona, o bien hemos presenciado
en otros, para actuar en consecuencia. Tratamos de hacerlo de la mejor manera
posible, escogiendo la alternativa que consideramos más apropiada, la que, en
situaciones similares, nos ha sido eficaz en el pasado. Sin embargo, los niños
y las niñas no cuentan con experiencias previas que les puedan llevar a
decantarse por unas alternativas u otras. Se enfrentan a acontecimientos
nuevos y requieren de una preparación
anterior para poderlos abordar, de ahí la importancia de enseñarles la manera
más correcta de decidir.
Tomar decisiones se convierte
en una cuestión de actitud, en la medida en que posteriormente, debemos
afrontar el resultado de ellas. De nuestra actitud dependerá no sólo lo que
elijamos, sino la manera en que nos afecte el resultado.
Algunas recomendaciones para
trabajar la toma de decisiones en niños y niñas son las siguientes:
1.
Conceder responsabilidades: es
importante establecer en el hogar un reparto de responsabilidades en las tareas
a realizar. Como hemos mencionado en alguna ocasión, la responsabilidad de
éstas debe ir en función de la edad de los miembros de la familia. El reparto
de responsabilidades es de vital importancia en la toma de decisiones pues
cuando se asume una responsabilidad, derivada de ella surgen problemas a
resolver, y de esta manera se da un
aprendizaje enfocado al abordaje y resolución de problemas.
2.
Trabajar la elección de alternativas y
establecer prioridades: cuando el niño o la niña se encuentre en
una situación en la que tenga que decidir entre varias opciones, debemos
animarle a que contemple la elección como un reto al que debe prestar atención
y tiempo. En este sentido deberá valorar cuáles son sus preferencias, qué elecciones pueden encajar con ellas y
cuáles no; y en esta tarea, los padres deben contribuir proporcionándoles
apoyo, consejo, opinión y sobre todo estando dispuestos a escuchar las
preferencias del niño/a. Así, en función de los intereses de éste/a se le debe
orientar sobre la mejor opción. Sin embargo es muy importante, que pese a
proporcionarle opinión y consejo, sea él/ella quien finalmente decida qué
hacer, pues sólo así, estaremos fomentando su autonomía e independencia.
3.
Evitar la sobreprotección: en
ocasiones, y sobre todo ante decisiones que pueden ser complicadas, los padres
tienden a sobreproteger a sus hijos e hijas, lo que muchas veces les lleva a
decidir por ellos/as. Este hecho puede llevar al niño y la niña a no
equivocarse, pero también le privará del aprendizaje que implica el error (en
caso de darse de haber decidido él/ella).
4.
Valorar el error:
cuando ante una determinada decisión, el niño o la niña falle en su elección,
no se le deben hacer reproches ni castigar por ello. Debemos tener siempre
presente el valor educativo de los errores, pues éstos implican no sólo
aprendizajes nuevos, sino que suponen experiencias previas útiles, que más
adelante, podrán tener presentes ante situaciones similares. Por eso, ante un
error se debe analizar con él/ella lo sucedido, comprobar dónde está la raíz de
éste y asimilarlo para acontecimientos futuros.
Teniendo en cuenta todo lo anterior y sobre
todo aprovechando cualquier situación para ponerlo en práctica, niños y niñas
pueden aprender a tomar decisiones y a afrontar las consecuencias de las
mismas.
Poder decidir no sólo es de
vital importancia para el desarrollo de su seguridad y autonomía, sino que
además contribuirá a aumentar y reforzar su autoestima y confianza en sí
mismo/a.
Mariela Clemente Martos.
Psicóloga
@marielaclema
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