El ambiente donde el niño crece va a favorecer o a dificultar la expresión de su potencial. Por ello es importante crear un estado de armonía en casa que permita obtener el máximo rendimiento del talento de cada uno de los miembros de la familia.
Es importante que los mensajes positivos (“eres fantástico”, “te queremos mucho”, etc.) sean más fuertes y más frecuentes que los negativos. Esto es fundamental hacerlo en momentos de crisis (separaciones, divorcios, nacimiento de hermanos, etc.).
Para poder cuidar bien de sus hijos, los padres deben aprender a cuidar de sí mismos primero. En orden de importancia:
1. Cuidar de uno mismo
2. Cuidar de la pareja
3. Cuidar de los niños
4. Es importante que los padres y los hijos hagan cosas divertidas juntos. Los niños experimentarán sentimientos agradables (juegos, deporte, cine o comer) que les vincularán positivamente con sus padres. Los padres han de dedicar un tiempo mínimo diario para estar con sus hijos. No hace falta estar encima de ellos, pero los niños deben sentir que si necesitan algo los padres estarán disponibles. Esto quizá es lo que más falta hace hoy en día, con infinidad de estímulos y con padres trabajando mucho tiempo fuera, que cuando llegan a casa no están para nadie.
5. Otro problema frecuente es el de los límites. Para crecer de forma armoniosa, los niños necesitan límites. Con ellos los niños conocen exactamente cuáles son las reglas. Para ello los padres tienen que ser claros, predecibles y coherentes.Los límites no disminuyen la autoestima, todo lo contrario (siempre que los niños se sepan queridos) y son fundamentales para el desarrollo.
6. La regla es: normas claras y afecto positivo.
Es también fundamental que los padres no se contradigan uno al otro delante de los hijos. Es importante la coherencia delante de los niños y que los padres aparezcan próximos y afectivos entre ellos. La cortesía, la amabilidad y el respeto deberían ser también la norma, tanto en casa como fuera. Jugar en familia es la mejor manera de reforzar las relaciones entre los miembros del hogar, a través del juego expresamos emociones, sentimientos, afecto y fortalecemos los lazos de unión entre las personas que participan. Es uno de los principales hilos conductores del amor entre padres e hijos además de cumplir una función educativa. Como se sabe, la familia es el referente de vida de toda persona, donde todo ser humano establece los primeros vínculos afectivos y donde se forma la personalidad, los valores y los patrones de conducta del ser humano, la dinámica familiar será la guía que se tendrá para establecer las relaciones sociales con los demás y brindará las pautas que seguiremos luego con nuestras propias familias.
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