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27 feb 2020

Prevención del embarazo adolescente


imagen:  https://bit.ly/2w9ZVnj
Pese a los esfuerzos de los gobiernos y las diferentes organizaciones de la sociedad, los embarazos adolescentes no disminuyen, en el mejor de los casos se mantienen y en los peores, aumentan las cifras. Se sostiene que el embarazo adolescente se debe a la falta de información y educación sexual; sin embargo vemos que existe suficiente información proveniente de múltiples fuentes y a pesar de ello, resultan ineficaces en relación a los logros alcanzados. 

¿Por qué fracasan las acciones que promueven la transmisión de información como método de prevención para la disminución de embarazos en adolescentes? Si seguimos enfocando el embarazo adolescente como un problema social que se resuelve con información y educación sexual sin tomar en cuenta el aspecto subjetivo del adolescente, las cifras no decaerán, al contrario, seguirán aumentando porque el inicio temprano de la vida sexual activa, responde a otras causas que no son la desinformación meramente. ¿Por qué si tienen la información no eligen evitar tener un hijo a edades que no están listas para ser madres?, ¿Qué impide la eficacia de la información en la prevención del embarazo adolescente? 

La prevención no comienza en la adolescencia, ni siquiera cuando se inicia la escolarización de las niñas; la prevención comienza en la familia, cuando los padres construyen un hogar donde son un referente para comprender la función de cada uno; en el que el padre valora y reconoce a la mujer no sólo como madre de sus hijos sino como su compañera con los mismos derechos; entonces la niña se asumirá no sólo como sujeto de la maternidad sino como sujeto en otras dimensiones de su vida; que no se la valora exclusivamente por la procreación y la capacidad de dar a luz nuevas vidas sino que puede realizarse como mujer también en otros aspectos. 

La prevención comienza cuando las niñas tienen desde la más tierna infancia un lugar en la familia, lugar de privilegio que provee amor, protección, valoración; no necesitarán en la adolescencia salir en busca del amor ausente en la familia. La prevención comienza en la familia con padres capaces de proveer una educación sin extremos de permisividad, conservadurismo o represión; no necesitarán rebelarse, embarazándose, para ser reconocidas como sujetos de derechos, de afecto pero también de límites racionales. 

La prevención del embarazo adolescente comienza en la familia reconociendo la subjetividad de las niñas, para apoyarlas a través de las distintas etapas evolutivas al desarrollo de sus talentos y habilidades; que sus sueños y deseos se plasmen en un proyecto de vida, en donde la maternidad sea una dimensión maravillosa cuando estén listas para vivirla, no antes ni después. 

Elaborado por:
Psc. María Augusta Herrera 

17 dic 2019

¿Qué herencia, los padres, están dejando hoy a nuestros niños y niñas?



El trabajo del psiquiatra René Spitz es conocido por los hallazgos que obtiene en lo que denomina “hospitalismo” en donde un niño/a recién nacido muestra signos de deterioros psicosociales cuando no cuenta con el vínculo materno fundamental durante los primeros meses de vida. Sus investigaciones se extendieron en orfanatos donde constata que los daños a nivel emocional son irreparables cuando las condiciones sociales que giran alrededor del niño no favorecen a tal desarrollo, principalmente cuando no cuenta con cuidadores que sostengan el afecto y el vínculo emocional con los niños. Otros teóricos como John Bowlby en su obra Maternal care and mental health resalta los efectos de lo que se denomina “deprivación materna” en los procesos de estructuración psíquica. Bruno Bettelheim, llegó a trabajar también sobre la importancia del vínculo materno con sus hijos pero llegó a tal extremo de afirmar que las “madres neveras” son causantes del autismo. Frente a la exposición de estos teóricos es necesario rescatar la premisa de la importancia fundamental que tienen los padres/cuidadores en la estructuración anímica y psicológica de sus hijos/as tanto y cuanto sean capaces de sostener un “deseo que no sea anónimo”. 

El psicoanalista francés Jacques Lacan, en su estudio a estos autores y en las propuestas teórica que elaboran, resalta que no solo es la madre la responsable del sostén emocional del niño/a que se encuentra en proceso de humanización sino también del padre. Debe entenderse a la humanización como un proceso estructurante en el cual el niño/a pasa a tomar la palabra para vincularse con otras personas y, a través de su singularidad, construir lazos que favorezcan la convivencia con otros. La escolarización, es decir, la inserción de un niño a una institución donde se formalizan los procesos de aprendizaje (escuelas) es el lugar donde se va a dar cuenta si, la estructuración anímica de un infante, se ha posibilitado. 

Es decir, la escuela es heredera de lo que en la vida familiar se pudo construir y, a partir de esta “materia prima”, poder posibilitar otros procesos que permitan al niño o niña acceder a la cultura con el respeto a la vida y, con ello, a los otros con quienes convive. Frente a los síntomas en la infancia o a las dificultades en la estructuración subjetiva la pregunta deberá dirigirse hacia qué condiciones posibilitaron que estas situaciones se manifiesten. 

Es necesario mencionar, solo para tener un panorama general de lo que hoy acontece, qué efectos pueden producirse en la vida de un niño cuando sus vínculos en casa son principalmente una pantalla digital. Invito a los lectores a percatarse en un restaurante de qué forma los padres “tranquilizan” hoy a los niños sino es con un celular: palabras y vínculos quedan excluidos. René Spitz evidenció que, a pesar de que los niños hospitalizados tengan cubiertas las condiciones básicas para la vida (agua, comida, calor), ésta no se consolida si no existen vínculos emocionales. 

Hoy deberá revisarse estas circunstancias: no es la cantidad de objetos materiales sino el afecto parental que sostiene y humaniza. No se puede dudar de que la familia (papá, mamá, abuelos, cuidadores) sostienen la vida de un niño o niña que ha nacido. La vida emocional permite principalmente que, en la escuela, pueda un niño ingresar a la aventura de aprender pues, la invitación ha sido dada desde la transmisión de ese deseo que los padres son capaces de dejar como herencia humana a sus hijos. El deseo posibilita a la misma vida: un niño que de grande quiere ser ingeniero como su padre por eso disfruta de las sumas y restas. Me pregunto: ¿qué herencia estamos dejando hoy a nuestros niños y niñas?

Elaborado por:
Psc. Cl. Álvaro Rendón

2 dic 2019

La violencia de los videojuegos y su adicción




Uno de los generadores de violencia, son los videojuegos, que desde la década de los ochenta, se han transformado, en un fenómeno mundial que mueve masas.  A través de los años, los videojuegos han ido evolucionando tanto en su calidad virtual, como en su objetivo de diversión. 
Son pocos los niños y niñas que desconocen a Mario Bros, a Sonic o a otros personajes de videojuegos básicos que se relacionan al competir en base a la perseverancia, sin embargo, la gran demanda de “gamers” en edades pre adolescentes, empuja a las grandes empresas de videojuegos a crear escenarios virtuales llamativos con connotaciones de violencia. Actualmente, se han convertido en uno de los juguetes más vendidos, tanto en niños, jóvenes y adultos, creando adicciones y forjando conductas agresivas, con mucha facilidad, normalizándolos al llamarlos “Juegos”.

No se trata de estigmatizar todos los videojuegos. Sino de hablar de un tipo de videojuegos que están en auge entre los niños, jóvenes y adultos; en donde se resalta la violencia como una forma de entretenimiento y diversión.
En su gran mayoría los videojuegos actuales con más demanda, son aquellos que tienden a fomentar valores contrarios a los que promovemos en la educación, la violencia como alternativa en la resolución de conflictos, la competitividad y el triunfo como metas incuestionables o el poder frente a los débiles o diferentes.

Los valores se interiorizan a través de la relación con la realidad y las personas que nos rodean, siendo que, los videojuegos forman parte de los instrumentos por el cual, el niño comprende el medio cultural al que pertenece. Representando simbolismos sociales y construcciones culturales de nuestro entorno.

Lo peligroso de este modelo de interacción virtual es la prioridad de la victoria sobre la justicia, de la violencia sobre el diálogo o la comprensión. El juego emocionante y que llama la atención,  es aquel que involucra intensamente a sus participantes, donde  hay un ganador y  los demás se conviertan en perdedores. En esta visión de la realidad, el otro diferente a mí, es siempre un rival, un enemigo que debe ser eliminado, en donde la única opción es matar o morir, ganar o perder.

Esta concepción de los videojuegos supone una visión unidimensional de la vida. No hay posibilidad de empatía, de comprender y acercarse al otro. .Se debe actuar, sin piedad ni compasión. La destrucción, la lucha o el combate son los elementos centrales y la finalidad esencial que motivan la acción a través de todo el videojuego.

En este universo virtual no es de extrañar que los comportamientos más inhumanos como la tortura o la guerra, pasen a convertirse en una aventura, en una oportunidad de diversión y entretenimiento.

En los videojuegos, la persona asume el rol de protagonista al punto de identificarse con el personaje, actuar por él, involucrándose en las decisiones que se toman. A demás que los juegos son cada vez son más potentes y permiten una mejor calidad de imagen, añadiendo más realismo a la acción,  por lo cual es muy importante estar alertas, en cuanto al peligro de cómo los videojuegos pueden influenciar en el proceso identificatorio de la fantasía con la realidad.

Los videojuegos, como todo en exceso son malos y pueden generar adicciones. Mucho más cuando se trata de juegos online, aquí el internet juega un papel importante, pues estos nunca llegan a interrumpirse y los jóvenes pueden perder la noción del tiempo y quedarse todo el día jugando,  reduciendo sus relaciones sociales, convirtiéndolas únicamente de manera virtual, lo alejan de sus familiares, amigos; y sus intereses y prioridades pasan a ser otros.  Por lo que es importante poner límites de tiempo y tener control en el uso de los videojuegos.

Generalmente al hablar de adicción pensamos en drogas o alcohol, pero también existe la adicción a los videojuegos y son igual de peligrosos que cualquier adicción.  Cabe recalcar que como toda adicción esta arraigado aspectos personales, tales como problemas emocionales, sentimientos de soledad, estrés, conflictos sin resolver, etc.; y al no tener recursos suficientes de cómo enfrentarlos, se refugian en objetos que llaman su atención convirtiendo así en adicciones, como una manera de escapar del mundo real.

Elaborado por:
Psi. Cl. Nicole Mejía M. y Psi. Cl. Karina Peña A.

24 oct 2019

Apego aparatos tecnológicos y su influencia en la comunicación


Los hipervínculos ¿han dejado de lado los vínculos esenciales? 

La sociedad actual no solo se encuentra en constante evolución sino en un periodo de transformación a la adaptación a las tecnologías, donde los celulares, tablets, computadoras portátiles y en ellos el internet, las redes sociales, los video juegos ocupan un espacio importante en el proceso de socialización, con notable influencia en el comportamiento y las actitudes de las personas. 

El tema implica una reflexión, pues hoy nuestros niños y adolescentes son considerados como nativos digitales, ya que desde muy pequeños consumen y desarrollan formas de entender el mundo influido por el entorno de las nuevas tecnologías que han ido modificando los vínculos esenciales. Cuando nos referimos a “vínculos esenciales” pensamos en la conexión necesaria de la mirada de la madre al niño cuando lacta, esa mirada de conexión que abre las puertas al mundo social, que emerge a partir de la palabra y la voz que constituye al niño como sujeto de deseo, del ser quien lo acoge en el mundo o la importancia de la regulación de esta relación, en donde entra la función paterna que separa ese diada entre madre e hijo, esto permitirá dar un lugar propio al niño. Se trata de la inclusión del sujeto en una estructura. 

Pero que sucede cuando él vínculo se ve trastocado por un mensaje de texto, el sonido de una nueva publicación, el sonido de la alerta de un mail, es ese momento en el que el niño pasa a un segundo plano; la madre está atenta a la pantalla de su celular, ya no solo atenderá el mensaje inicial sino cuando se da cuenta ha revisado facebook o Instagram, se van movilizando y creando nuevas formas de vinculación de la relación familiar. El niño en su registro ha quedado marcado por un después, por una falta de palabra que lo acoja, estos actos se vuelven repetitivos, los niños van creciendo acompañados de los aparatos tecnológicos cuando comen, cuando juegan, para tenerlos entretenidos, las salidas al parque se registran en fotos y son subidas a redes sociales, mientras que los padres se distraen para ver los likes alcanzados, no hay interacción, no se acompaña al niño en el juego, no se lo convoca a una interrelación con el Otro, así los niños van creando experiencias solos, llamando la atención de sus padres, buscando su mirada. 

En consecuencia a esto los niños van mostrando síntomas de desatención, tropiezos en la vinculación y la socialización, el uso de las llamadas tecnologías de la Información y la Comunicación están presentes en la vida diaria, como elementos importantes y hasta imprescindibles. Cuando van creciendo se convierten en adolescentes enganchados al internet, al celular y a los video juegos, han encontrado por referencia a sus experiencias iniciales de vinculación un medio extraordinario de comunicación, aprendizaje, satisfacción a sus curiosidades y diversión. Es importante considerar que la etapa de la adolescencia es un periodo donde el sujeto se desarrolla a través de las identificaciones y los lazos sociales en donde es marcado no solo por los cambios fisiológicos, sino también por las presentaciones y versiones inéditas de sus síntomas, las singularidades incomparables de las estructuras familiares y las preocupaciones de enfrentarse a la relación con el sexo opuesto, se podría pensar que antes la imposibilidad iba a partir de la palabra de la recreación de los escenarios en donde se veían obligados hablar cara a cara con el Otro para dar cuenta de su existencia. 

Ahora el celular interviene significativamente en la socialización porque se cree que esto puede definir la identidad del adolescente tanto individualmente, como colectivamente, creando un lenguaje especial de grupo, mensajes de texto. Pero al igual que se utiliza como un medio indispensable para establecer contactos y acortar distancias, se muestra como una imposibilidad de crear una relación real con quienes le rodean, en ocasiones muchos adolescentes y adultos no pueden evitar desatender una conversación cara a cara por la irrupción de una llamada o un mensaje; hecho que trastoca las relaciones sociales de forma excesiva y provoca que estén más pendientes de las relaciones telefónicas que de las personales, naturalmente esto influye en los estilos de comunicación ya que existe jóvenes y adultos que hablan mucho a través de un aparato electrónico pero no saben que decir cuando se encuentran cara a cara con el Otro. 

Es así como el tiempo en el espacio virtual, supera el tiempo en el espacio real, en el caso de los niños evitando a que creen juegos simbólicos, que desarrollen la motricidad gruesa adquiriendo destrezas como saltar, correr, gatear, arrastrase, mantenerse atentos a una sola actividad, tener propósito en su accionar y es que es interesante como los pequeños observan a través de video de YouTube como otros niños juegan crean un lazo de comunicación unidireccional sin que pueda tener las herramientas para crear un vínculo real. 

Cuando crecen y entran a la adolescencia el tiempo dedicado al estudio, de interés por instrumentos musicales es sustituido por el manejo de los aparatos tecnológicos. Es importante cuestionarnos ¿De dónde nace el apego a los aparatos tecnológicos? Pero sobre todo ¿quién inicia a los niños y adolescentes en este apego? Si entendemos que los niños aprenden por imitación y repetición es momento de reflexionar como las acciones y formas de vínculos esenciales de los adultos a cargo han sido tocados por este apego, hay que recordar siempre los niños y adolescentes son como un retroproyector lo que pasa en casa lo proyectan en la escuela, en el colegio y en sus relaciones sociales. 

Elaborado por:
Psc. Cl. María José Varela Hidalgo

1 oct 2019

Ciberacoso y las redes como relaciones sociales


Actualmente las relaciones sociales se trasladan a las redes sociales, el nivel de popularidad, los seguidores que se tiene, la cantidad de “likes” implica una verificación de la imagen y los vínculos entre los otros, esto se observa con mayor facilidad en los adolescentes que justamente están en un proceso identificatorio y de construcción, pero esta modalidad de establecer vínculos puede valorizar como desvalorizar al sujeto. Cuando esto se traslada a violencia sobrepasa las paredes de la escuela y utiliza como medio de expresión las nuevas tecnologías, sucede lo que se viene denominando como ciberacoso. El maltrato entre iguales a través de los dispositivos móviles o Internet se ha convertido en un problema complejo entre nuestros adolescentes, que suele tener repercusiones indeseables en la convivencia escolar.

La institución es un entorno en el cual los estudiantes se relacionan a partir de los lazos establecidos en el hogar, por lo tanto es de suma importancia el ejemplo y el diálogo que parte desde este. Los responsables del ciberacoso suelen ser adolescentes con poca supervisión de sus padres y con un buen manejo de las tecnologías de la información, además, tienen acceso a dispositivos como la computadora o el teléfono celular.

El agresor, al igual que en el bullying, es alguien que puede tener alguna problemática familiar o personal. En el caso del ciberacoso también pueden ser personas que no tienen amigos y por lo tanto utilizan una computadora o cualquier dispositivo móvil para acosar, intimidar o agredir a otros, incluso, llegan a alterar sus horarios para dormir, pues se desvelan por estar al pendiente de su víctima.

En ocasiones se asocia violencia únicamente a lo que involucra daño físico pero el ciberacoso afecta emocionalmente a las víctimas, pues alguien que es bombardeado por ofensas, amenazas o insultos ve mermada su salud, al no poder dormir, tener pesadillas y terrores nocturnos, sobre todo si la víctima es un niño.

Alguien que es víctima de ciberacoso constantemente está revisando su celular o sus redes sociales para ver si han dicho algo en contra de él o, por el contrario, puede ser el último que se entere de lo que se está hablando sobre su persona. Cuando el estado emocional permanece alterado continuamente o por largos periodos, puede llegar a desencadenarse algún problema de salud física como gastritis o presión arterial elevada, ya que la víctima no duerme, no come y está muy afectada. Inclusive, hay casos en que la personalidad y la vulnerabilidad emocional pueden llevar a un individuo a un intento de suicidio.
 
Desde la comunidad educativa hacer prevención o intervenir en situaciones de ciberacoso va desde la información y/o la formación sobre situaciones de riesgo, hábitos de uso y buenas prácticas saludables con las nuevas tecnologías o gestión adecuada de respuestas ante situaciones de acoso. Logos Academy apegados a La Constitución y el Código de la Niñez y Adolescencia, donde establecen el derecho que tienen los niños y niñas a la integridad física y emocional, busca salvaguardar la convivencia de los estudiantes, por lo que como familia es importante que los representantes, miembros de esta familia académica, compartan con sus representados la importancia sobre no practicar ni hacer caso omiso al ciberacoso, de manera que cuando se lo presencie se pueda denunciarlo.
 
Por todo lo ya mencionado, es necesario que en el hogar exista una socialización del tema, de manera que los estudiantes sean conscientes y comprendan la importancia y el daño físico y mental que puede causar el ciberacoso, la educación moral debe constituir el eje fundamental de las actuaciones tanto familiares como educativas.

Elaborado por:
Psi. Cl. Nicole Mejía Moreira

24 ago 2019

La escuela de la paz y sana convivencia

imagen: https://tinyurl.com/yya2mcd9
Muchas veces hemos relacionado a la paz con la guerra y viceversa, por los diferentes contextos y escenarios en los que se hace referencia. Históricamente la violencia ha sido utilizada como la estrategia idónea para resolver conflictos de todo tipo, donde el poder y la fuerza como tal son las herramientas para imponerse en un contexto o situación determinada y la resolución pacífica queda en un segundo plano y se convierte en una utopía.
 
Hoy esta realidad no ha variado mucho; abrimos un periódico, vemos una noticia, revisamos un portal web, escuchamos la radio, una canción, revisamos un video en una red social e incluso un videojuego y la violencia salta a la vista, desde la forma más sutil hasta la escena más explícita; es decir, la violencia es vista de forma natural y vivida con cierta normalidad por niños, adolescentes, jóvenes y adultos.
 
Resolver los problemas a base de reacciones violentas y poco pacíficas “son el pan de cada día”; es natural agredir física, verbal, emocional y virtualmente, así como es normal que la deshumanización e insensibilidad crezca en nuestras futuras generaciones porque así está la sociedad y son los nuevos tiempos.
La pregunta es, ¿realmente la violencia y la paz son constructos externos? ¿de donde parte este aprendizaje y esta forma de vivir y convivir?
La respuesta es una sola: LA FAMILIA, es la escuela de la paz y la sana convivencia; es en el seno de la familia donde se forman los valores, herramientas básicas para un desarrollo integral a nivel familiar, económico, cultural y social.
 
La familia es el contexto vincular para los niños/as y adolescentes, y es donde se crean pequeños escenarios para la convivencia.  Es el espacio donde tienen las primeras experiencias de aprendizaje y socialización, que servirán como referencia para comportamientos posteriores.
Igualmente, es allí donde aprenderán a resolver conflictos, a expresar el malestar, el desacuerdo, así como la expresión del afecto, la alegría y la satisfacción. Todo lo enseñado por los padres se convierte en bases sólidas difíciles de derrumbar. Esto los ayudará a no dejarse arrastrar por lo que ocurre en su entorno o afectar por situaciones inapropiadas que reciba del mundo exterior; o por el contrario si dentro del entorno familiar se vive en función de la violencia, discordia, disarmonía; dicha dinámica será el aprendizaje de los niños y jóvenes los cuales trascenderán en otros escenarios:  escuela, colegios trabajo, comunidad, y en todo tipo de vínculo e interacción, familiar, escolar, personal, social, etc.
 
Esto implica la importancia de la coherencia y sentido de vida que ejerzan los padres y cada miembro adulto que tiene contacto con niños y adolescentes a la hora de enseñar a resolver conflictos en el día a día, sea a base de una convivencia pacífica; el camino de la paz o a través de la violencia.
La paz se vive y se aprende en el día a día, en la sana convivencia con los otros, en el respeto, la tolerancia, la sinceridad, en el cumplimiento de las normas y el deber, en el amor y en el respeto de los derechos propios y ajenos, con la empatía, y un equilibrio entre la inteligencia emocional, moral e intelectual empezando por las propias para así poder proyectar, transmitir, comunicar y enseñar adecuadamente a nuestros hijos.
 
Para enseñar una verdadera cultura de paz dentro del interno del hogar hay de partir rompiendo con los mitos y también las viejas creencias sobre la violencia: “si te pegan, pegas”, “los niños no lloran”, “defiéndete como varón”, etc.  El cambio de mentalidad de cada adulto formador y educador, marcará la diferencia en ello, por ende, implica un cambio de actitud en el tratamiento de la resolución de conflictos y la verdadera vivencia de una cultura de paz.

Pasos para la enseñanza de una convivencia pacífica desde el hogar.

Es importante y vital que estos 10 pasos sean y sirvan de referencia para  formar a nuestros niños y adolescentes, como los pilares y herramientas para vivir pacíficamente y aprender a resolver conflictos de forma pacífica.
1. Voluntad:  Es fundamental no dejar que los niños consigan las cosas fácilmente, enseñarles que para obtener buenos resultados se requiere esfuerzo.
2. Exigencia: Permitirle realizar las cosas por sí mismo, superar dificultades y estudiar alternativas. Ser firme en las exigencias y que estén de acuerdo a sus posibilidades.
3. Valentía: Que tengan modelos que los incentiven a la formación de sus valores y que les aporten algo positivo.
4. Respeto:  Desde respetar su cuerpo, a sus padres, a familiares, maestros y a todos los que están a su alrededor, hasta el cuidado de sus cosas.
5. Generosidad: Que tengan un buen referente, en este caso sus padres, dando una limosna, orientando correctamente a alguien u ofreciendo un consejo a un amigo.
6. Cortesía. El dominar sus actos y tener respeto por los demás le permitirá hacer uso de la educación y la amabilidad.
7. Orden. Para que haya armonía en el hogar es esencial este elemento. Cuando hay orden en casa, hay normas y límites, lo que proporciona seguridad a los hijos y enseña a tener disciplina.
8. Honestidad: la práctica dentro del hogar con la veracidad y la integridad en cada acto por más mínimo que sea este, hará entender a nuestros hijos que la transparencia de nuestros actos es lo más importante, diferenciando lo correcto de lo incorrecto de forma clara.
9. El diálogo y la comunicación: demostrar en el día a día a que aprendan a escucharse dentro de una conversación y diálogo tanto lo que piensan y sienten, es la base para la resolución de conflictos, siempre dentro del marco del respeto.
10. Empatía: comprender que todos tenemos sentimientos y emociones, el ponernos en los zapatos del otro es una tarea compleja pero importante, que nuestros hijos entiendan que todo lo que hacemos genera una reacción emocional en el otro sea positiva o negativa es fundamental para que exista la clara conciencia de humanización en la forma de vincularse y tratar a los demás.
 

La vida es un proceso dinámico y cambiante. Es fundamental que las familias desarrollen recursos para adaptarse a los eventos a que están expuestas a lo largo de su ciclo; interactuar y reconocer al otro. Una convivencia saludable se caracteriza por la cercanía, unidad y afecto, sin invadir los espacios personales, permitiendo el desarrollo de la autonomía, el respeto por el otro, por la diferencia; una línea de autoridad clara, firme y humanizada.
Igualmente tener unas reglas y límites bien definidos; lo que se constituye en el escenario adecuado y en una postura de construcción de paz.

Elaborado por:
Psic. Reh. Vanessa Huayamave

 


16 jul 2019

Violencia intrafamiliar


La violencia intrafamiliar es toda acción u omisión que consiste en maltrato físico, psicológico o sexual, ejecutado por un miembro de la familia en contra de la mujer o demás integrantes del núcleo familiar. La violencia intrafamiliar, es considerada como un problema de seguridad ciudadana, pues afecta a 6 de cada 10 mujeres en el Ecuador. No obstante, los hechos de violencia ocurren casi siempre en el lugar donde se supone es el más seguro para una persona: su hogar, y es cometido por un miembro de su familia, pareja o ex pareja. Los expertos en este tipo de violencia establecen que existen diversas características para identificar a un maltratador: 

  1. Son individuos muy dependientes a nivel emocional que manifiestan dicha dependencia a través de la agresividad. 
  2. Se muestran seguras de sí mismas e incluso aparentan ser altivas; sin embargo suelen tener problemas de autoestima. 
  3. Necesitan humillar para sentirse superiores. 
  4. Es frecuente que tengan carencias afectivas que arrastran desde su infancia o adolescencia. 
  5. Presentan celos patológicos. 
  6. No son capaces de demostrar sus sentimientos. 
A pesar de que este tipo de violencia se encuentra penado por la ley, estos delitos no suelen ser denunciados ya que las víctimas pueden sentir vergüenza, temor o culpa; los expertos insisten y recomiendan a las víctimas que superen el miedo y hagan las denuncias correspondientes para romper con el vínculo violento. La prevención es una de las soluciones, es necesario que el agresor sea tratado por un profesional que le ayude a superar conflictos adquiridos a temprana edad. Se debe enseñar a los niños que los actos de violencia atentan contra la convivencia pacífica. Es necesario el diálogo para tener buenas relaciones y contribuir a la paz y armonía. 

Por: Miss Iliana Vásquez