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Los primeros siete meses
o incluso hasta cumplir un año, es conveniente que el niño(a) comparta la habitación
con los padres, por la necesidad de cercanía y supervisión, pero desde el
primer día es aconsejable que tenga su espacio, que puede ser una cuna cerca de
mamá, pero no en la cama de los padres.
El sueño, como todos los
demás hábitos, se aprende, por eso es importante que los padres ayuden a sus pequeños
a entender lo importante que es desarrollar su individualidad, independencia y
autonomía desde temprana edad. Si esto no se da, pueden surgir problemas para
dormir, nadie puede descansar bien, además de ansiedad por la separación cuando
ya los padres consideran que su hijo(a) debe dormir en su cama.
Ambientar
al niño(a) en su lugar, en su espacio, con sus cosas y en su cama es un trabajo
difícil, especialmente si antes se ha
permitido que duerma con sus padres. El niño(a) se traslada constantemente
durante la noche a la cama de los padres; especialmente si ambos trabajan, será
difícil llevarlo(a) nuevamente a su cuarto dos o tres veces a lo largo de la
noche.
Definir
este límite resulta difícil y cansado ya que requiere de un trabajo constante
por parte de la pareja. A pesar de lo agotador, la separación nocturna es
sumamente importante para el desarrollo sano del niño, debido a que lo ubica en
su posición dentro del sistema familiar y lo ayuda en el proceso de estructuración
de su “yo” o de su individualidad.
Motivos a considerar para no permitir que el niño(a) duerma en la cama de los padres:
Motivos a considerar para no permitir que el niño(a) duerma en la cama de los padres:
*Darle su lugar.
Dormir en su propio espacio evitará que el niño se confunda en términos de jerarquía,
es decir, será más fácil entender e interiorizar quién tiene el poder en la
familia y por tanto, a quién debe obedecer.
*Preservar la intimidad. La vida en pareja se ve perjudicada con la entrada de un
tercero (niño/a) en la habitación por las noches. El que haya alguien más
limita mucho la intimidad de la pareja. Esto contribuye a que al niño no le llegue un
mensaje claro sobre la pareja, por esta razón ellos no deben estar incluidos en
los momentos de los adultos, sobre todo en los momentos nocturnos.
*Respeto. Si
él duerme en la misma cama de los padres, ve la misma televisión, entonces
tiene el mismo poder, por eso le cuesta más situarse en su posición de niño.
Cuando esto ocurre se observa que los niños generalmente presentan dificultades
para seguir instrucciones, obedecer a los adultos y negociar con sus iguales a
nivel social.
*Modelos Claros. Los
niños no logran tener una idea clara de la diferencia entre una pareja de padres y una pareja de
esposos, lo que puede afectar el modelo que ellos adoptan y que probablemente
ejercerán en su vida adolescente y adulta.
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