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Un
hijo aprende a “amar” y ser “amado”, en el hogar. Influye en este aprendizaje, las
manifestaciones de amor entre esposos, las demostraciones de amor que los
padres tengamos con él y la forma como expresamos amor a los demás. La
vivencia del amor en la familia, será el ejemplo a seguir para nuestro hijo
y moldeará la manera como él se
relacione con él mismo, con sus amistades y con su futuro cónyuge. Además, el amor será la base para forjar
futuros valores educativos como la bondad, el desinterés, el espíritu de
sacrificio y la constancia.[i]
Somos
responsables de enseñarle a nuestro hijo que se ama a la persona por lo que es
y no por lo que tiene o logra. Es a
través del amor de sus padres que él descubre lo valioso que es, a pesar de sus
defectos y errores. Por lo tanto, el
amor que le brindemos será la base sobre la que construirá su autoestima y su
amor propio.
Las
expresiones de amor entre esposos serán el ejemplo a seguir en sus relaciones
sentimentales. Cómo “se aman” papá y
mamá, constituye la medida que esperará recibir y buscará dar amor a su
futuro/a esposo/a. Somos responsables de
que a través de nuestros actos logremos reflejar la incondicionalidad, el espíritu
de servicio, la donación y la alegría que encierra el amor entre esposos. De nosotros deberán aprender que “amar a
alguien” no depende solo de un sentimiento efímero y epidérmico, sino que es un
acto voluntario de la persona que decide amar, y que es esa voluntad la base
del “compromiso” que se asume al momento de casarse y será el ancla a la que se
aferre cuando lleguen momentos de turbulencia.
En
el amor a los demás se refleja la entrega desinteresada que uno hace de uno
mismo en favor del otro. Los padres
somos responsables de mostrar a nuestro hijo cómo se ama a los demás, este
ejemplo es la base sobre la que se forjan valores como la solidaridad, la
generosidad, la reverencia, entre otras.