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Desde el nacimiento hasta aproximadamente los 6
meses, los bebés emiten muchos ruidos; chillan, gruñen, gritan, y emiten
arrullos. Arrullar es básicamente la producción que más tarde se convertirá en vocales.
Desde los 6 meses hasta casi los 10 meses, producen sonidos
más complicados llamados balbuceos. Alrededor de los 10 meses, la mayoría de
los bebés entienden entre 5 y 10 palabras.
Alrededor de los 12 meses la mayoría de los bebés pueden
producir 3 ó 4 palabras, existen ciertas palabras comunes que aparecen en el
vocabulario más temprano de la mayoría de los niños. Por ejemplo, mamá, papá,
guagua, perro, leche, jugo, auto, hola, chao, etc. Existen también palabras
únicas, a veces inventadas por el niño, llamadas idiolectos. Los gemelos a
veces inventan docenas de palabras entre ellos que nadie más puede entender.
Entre los 18 y los 24 meses (aproximadamente), vemos los
comienzos de las frases de dos palabras.
El lenguaje oral es la
base para el aprendizaje de los conocimientos de una persona con respecto al
mundo que la rodea, es una herramienta que sirve para comunicar a nuestros
semejantes información, mensajes, ideas y sentimientos. Es una destreza que se
aprende de manera natural en los primeros años de vida, ya que el niño empieza
a hablar en interacción con sus padres y/ocon los adultos que lo rodean.
Para el desarrollo del
lenguaje existen dos factores necesarios e importantes:
- Maduración biológica
- Influencias ambientales
El primero se remite a
los órganos que intervienen en el habla, que nos hacen capaces de emitir
sonidos, palabras, frases y comunicarnos oralmente; el segundo hace referencia
a las oportunidades brindadas por el entorno y las cuales los niños necesitan
para un desarrollo global adecuado, al utilizar el lenguaje oral, el niño recibirá
el afecto y la atención de los padres y se dará cuenta que hablar es necesario
para comunicar sus necesidades y deseos, por esto un ambiente que favorezca el
desarrollo tiene gran relevancia; en la actualidad el ambiente carente de
estimulación adecuada, para el desarrollo del lenguaje es frecuente, debido a
diferentes causas, entre ellas la que más se destaca, es el corto tiempo que los
padres pueden compartir con sus hijos, dando como resultado niños con problemas
de lenguaje de manera muy frecuente y en consecuencia problemas de aprendizaje
en edades escolares.
Desde la edad
preescolar se perfecciona la actividad de todos los órganos de los sentidos, en
especial, los relacionados con la percepción visual y auditiva del niño, esto
le permitirá reconocer y diferenciar colores, formas y sonidos. De ahí que el desarrollo
de la inteligencia se da mediante la presentación de información a un cerebro
en maduración, por eso cuando los bebés reciben información de diversos estímulos
a través de los sentidos, lo hacen día y noche; si estos estímulos son escasos
o de pobre calidad, el cerebro tardará en desarrollar sus capacidades o lo hará
de manera inadecuada, por el contrario al recibir una estimulación oportuna el
niño podrá adquirir niveles cerebrales superiores y lograr un óptimo desarrollo
intelectual. Así por ejemplo, al escuchar la voz de su madre, percibir el olor
del biberón o recibir una caricia: se produce una catarata eléctrica que recorre
su cerebro, para despertar conexiones neuronales aún dormidas y obtener una
maduración global adecuada; en consecuencia lo procesos psíquicos y las actividades
que se forman en el niño durante esta etapa constituyen habilidades que
resultarán imprescindibles en su vida posterior.
Así pues se pueden
aprovechar recursos para fortalecer las competencias del niño y de esta forma
evitar dificultades en su entorno escolar a nivel social, cognitivo, psicológico
y comunicativo; aspectos esenciales en el aprendizaje en su entorno escolar.
(Orlando Terré, 2002)
el objetivo no es desarrollar niños precoces, ni adelantarlos en su desarrollo
natural, sino ofrecerle una gama de experiencias que le permitirán formar las
bases para la adquisición de futuros aprendizajes.