Criar y educar a nuestros hijos es una experiencia maravillosa y a la vez ardua, probablemente es la tarea más importante que nos toca cumplir en la vida, ser responsables de la formación personal de nuestros hijos es lo que determinará el tipo de persona que será en el futuro.
¿Qué es lo que determina la conducta del niño? Principalmente, la constitución biológica del bebé, es decir sus características innatas y la personalidad o características psicológicas que son formadas en el ambiente familiar, específicamente producto del estilo de paternidad de los padres o cuidadores.
Estos estilos de paternidad son el conjunto de actitudes, sentimientos, y patrones de conducta que los padres asumen frente al niño y que repercuten en el funcionamiento, tanto psicológico como social, de los hijos. Se expresan de diferentes formas pero en general pueden hallarse tres tipos:
Estilos de paternidad
Estilo autoritario: son padres exigentes, pero que prestan poca atención a las necesidades de sus hijos; las reglas y órdenes de estos padres no pueden ser cuestionadas ni negociadas. La relación que establecen con sus hijos es fundamentalmente para dictarles órdenes enfatizando siempre que ellos son la autoridad y que ésta pocas veces es falible; escasamente consideran las peticiones de los hijos y no responden a sus demandas, combinan estas actuaciones con poco afecto y altos niveles de control. Es propio de este estilo el que aparezcan conductas de privaciones junto con las de coerción verbal y física.
Las graves consecuencias del autoritarismo despótico, aprendido y vivido en el propio hogar durante demasiados años, son bastante frecuentes que se transmitan de generación en generación como si se tratara de una “reacción en cadena”. Los hijos que han vivido permanentemente sometidos a estos esquemas van acumulando grandes dosis de agresividad y frustración. Posteriormente tratarán de descargar éstos aprendizajes, bajo la forma de “agresividad transferida”, contra personas o situaciones que poco o nada tuvieron que ver con la causa de la frustración.
Estilo permisivo: se trata de padres poco exigentes que atienden las necesidades de sus hijos en exceso, establecen pocas reglas de comportamiento. Muestran extrema tolerancia a los impulsos de los hijos y usan muy poco el castigo para disciplinarlos.
Los padres permisivos evitan hacer uso del control, utilizando pocos castigos y muestran una excesiva concesión en las demandas de los hijos; se muestran tolerantes y tienden a aceptar positivamente los impulsos del niño. Su estilo comunicativo es poco efectivo y unidireccional, considerando en exceso las iniciativas y argumentos infantiles.
Dentro de lo que se conoce como estilo permisivo se observan distintas formas de actuación:
• Padres que consideran que los hijos deben crecer en libertad, sin poner límites, o al menos que estos deben ser los mínimos. En este estilo podemos encontrar padres que desean que sus hijos tengan todos sus deseos satisfechos ya que ellos no los tuvieron.
• Padres que lo son por miedo al enfrentamiento con sus hijos y que acaban cediendo a todas sus demandas.
Estilo Democrático: son padres exigentes que atienden las necesidades de sus hijos; los cuales establecen estándares claros y son firmes en sus reglas. Utilizan sanciones de manera adecuada; apoyan la individualidad e independencia de los hijos; promueven la comunicación familiar y respetan tanto los derechos de los hijos como los suyos propios. Otro aspecto muy significativo de este tipo de padres es que ajustan las demandas que hacen a sus hijos de acuerdo con sus diferentes niveles de desarrollo.
Los padres democráticos explican a sus hijos las razones de las normas que establecen, reconocen y respetan su independencia, negociando con ellos y tomando decisiones en conjunto. Son padres que responden a las demandas y preguntas de sus hijos mostrando atención e interés.
Según estudios e investigaciones psicológicas, este estilo favorece la autonomía del niño ya que los padres emplean un estilo comunicativo efectivo, caracterizado por una amplia comunicación comprensiva y bidireccional, repartiendo a la vez adecuadas dosis de disciplinas y normas; lo que no se ve en el padre permisivo ya que no ofrece la orientación y la disciplina que el niño necesita para ser autónomo ni en el caso del padre autoritario, donde se aprecia que controla a los hijos de una manera muy estricta, utilizando el castigo y los golpes que causan inseguridad y temor en el niño.
¿Qué es lo que determina la conducta del niño? Principalmente, la constitución biológica del bebé, es decir sus características innatas y la personalidad o características psicológicas que son formadas en el ambiente familiar, específicamente producto del estilo de paternidad de los padres o cuidadores.
Estos estilos de paternidad son el conjunto de actitudes, sentimientos, y patrones de conducta que los padres asumen frente al niño y que repercuten en el funcionamiento, tanto psicológico como social, de los hijos. Se expresan de diferentes formas pero en general pueden hallarse tres tipos:
Estilos de paternidad
Estilo autoritario: son padres exigentes, pero que prestan poca atención a las necesidades de sus hijos; las reglas y órdenes de estos padres no pueden ser cuestionadas ni negociadas. La relación que establecen con sus hijos es fundamentalmente para dictarles órdenes enfatizando siempre que ellos son la autoridad y que ésta pocas veces es falible; escasamente consideran las peticiones de los hijos y no responden a sus demandas, combinan estas actuaciones con poco afecto y altos niveles de control. Es propio de este estilo el que aparezcan conductas de privaciones junto con las de coerción verbal y física.
Las graves consecuencias del autoritarismo despótico, aprendido y vivido en el propio hogar durante demasiados años, son bastante frecuentes que se transmitan de generación en generación como si se tratara de una “reacción en cadena”. Los hijos que han vivido permanentemente sometidos a estos esquemas van acumulando grandes dosis de agresividad y frustración. Posteriormente tratarán de descargar éstos aprendizajes, bajo la forma de “agresividad transferida”, contra personas o situaciones que poco o nada tuvieron que ver con la causa de la frustración.
Estilo permisivo: se trata de padres poco exigentes que atienden las necesidades de sus hijos en exceso, establecen pocas reglas de comportamiento. Muestran extrema tolerancia a los impulsos de los hijos y usan muy poco el castigo para disciplinarlos.
Los padres permisivos evitan hacer uso del control, utilizando pocos castigos y muestran una excesiva concesión en las demandas de los hijos; se muestran tolerantes y tienden a aceptar positivamente los impulsos del niño. Su estilo comunicativo es poco efectivo y unidireccional, considerando en exceso las iniciativas y argumentos infantiles.
Dentro de lo que se conoce como estilo permisivo se observan distintas formas de actuación:
• Padres que consideran que los hijos deben crecer en libertad, sin poner límites, o al menos que estos deben ser los mínimos. En este estilo podemos encontrar padres que desean que sus hijos tengan todos sus deseos satisfechos ya que ellos no los tuvieron.
• Padres que lo son por miedo al enfrentamiento con sus hijos y que acaban cediendo a todas sus demandas.
Estilo Democrático: son padres exigentes que atienden las necesidades de sus hijos; los cuales establecen estándares claros y son firmes en sus reglas. Utilizan sanciones de manera adecuada; apoyan la individualidad e independencia de los hijos; promueven la comunicación familiar y respetan tanto los derechos de los hijos como los suyos propios. Otro aspecto muy significativo de este tipo de padres es que ajustan las demandas que hacen a sus hijos de acuerdo con sus diferentes niveles de desarrollo.
Los padres democráticos explican a sus hijos las razones de las normas que establecen, reconocen y respetan su independencia, negociando con ellos y tomando decisiones en conjunto. Son padres que responden a las demandas y preguntas de sus hijos mostrando atención e interés.
Según estudios e investigaciones psicológicas, este estilo favorece la autonomía del niño ya que los padres emplean un estilo comunicativo efectivo, caracterizado por una amplia comunicación comprensiva y bidireccional, repartiendo a la vez adecuadas dosis de disciplinas y normas; lo que no se ve en el padre permisivo ya que no ofrece la orientación y la disciplina que el niño necesita para ser autónomo ni en el caso del padre autoritario, donde se aprecia que controla a los hijos de una manera muy estricta, utilizando el castigo y los golpes que causan inseguridad y temor en el niño.
ComunicacióN Padres Hijos Tipos De Padres
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